¿TE ATREVES A SOÑAR?
Línea de vida (presente).
No sabemos cómo queremos que sea
nuestro futuro, pero sí lo que nos gustó y no del pasado y lo que nos gusta y
no nos gusta de nuestro presente. Sabemos lo que no queremos que nos ocurra en
el futuro.
Desde pequeños nos enseñan
multitud de conocimientos, pero no nos enseñan a confiar en nosotros mismos.
Creer en ti y tener claro lo que quieres puede ser tildado por muchos de
prepotencia. “Hijo, lo que hay que hacer
es trabajar duro, sacrificarse y aceptar tu destino. Soñar despierto es una
pérdida de tiempo”.
El cuento de la lechera, como
fábula para que los demás dejaran de soñar. Una pena, porque en realidad la
forma de conseguir tu meta es ponerle fecha de caducidad a tu sueño y luego
ponerte a trabajar para conseguirlo. Te puede ir muy bien en el futuro: “todo
depende de lo que tú creas”.
Lo primero es tomar consciencia
de unos sencillos conceptos, entenderlos y ponerlos en práctica:
-
Zona de confort: Ésta es la zona metafórica en la que estás cuando te
mueves en un entorno que dominas. En ella las cosas te resultan conocidas y
cómodas, sean éstas agradables o no: tus hábitos, tus rutinas, tus habilidades,
tus conocimientos, tus actitudes, tus comportamientos… son también tu zona de
confort.
-
Zona de Aprendizaje: Alrededor de tu zona de
control está tu zona de aprendizaje. Ésta es la zona a la que sales para
ampliar tu visión del mundo, y lo haces cuando aprendes nuevos idiomas, viajas
a países desconocidos, tienes nuevas sensaciones, enriqueces tus puntos de
vista, modificas tus hábitos, conoces otras culturas, o te encuentras con
nuevos clientes. Es la zona de observar, experimentar, comparar, aprender. Hay
personas a las que esto les apasiona, y por eso frecuentan son zona de
aprendizaje. En cambio, a otras les asusta y para evitarlo se mueven solamente
dentro de su zona de confort. Salir de ella lo consideran un peligro.
-
Zona de Pánico: Más allá de tu zona de
aprendizaje se encuentra lo que llamamos tu zona de pánico o la zona de no
experiencia. Aquellos que no quieren que la transites que son los que nunca
salen dicen que son zonas donde te pueden ocurrir cosas malísimas. Es como
Finisterre, más allá se acaba el mundo. “No salgas, va a ser terrible. ¿Y si te
sale mal?”
-
La Zona Mágica: Pero, ¿y si me sale bien? Esto
último lo dicen solo los que consideran que esta zona es, en realidad, la zona
mágica. La zona en la que te pueden ocurrir cosas maravillosas que aún no
conoces porque todavía no has estado allí. Es la zona de los grandes retos. Hay
personas que creen que si salen a la zona mágica no podrán volver atrás, que su
zona de confort desaparece. Esto es falso. Al salir, lo que sucede, es que
extienden su zona de confort y de aprendizaje. Cambiar no significa que pierdes
lo que tenías, sino significa que añades. El cambio es, en realidad,
desarrollo. Esto podría parecer miedo a lo desconocido. Pero, en realidad es,
miedo a perder, a perder lo que tienes, o aún peor, a perder lo que eres.
Lo siguiente que tendrás que
tener en cuenta es la tensión emocional y la tensión creativa. Operan como dos
fuerzas opuestas. La primera tirará de ti hacia tu zona de confort y la segunda
te hará avanzar hasta el exterior. Para que puedas avanzar tendrás que
conseguir que tu motivación salga victoriosa frente a tus miedos. Te toca, por
tanto, trabajar la tensión emocional, y especialmente los miedos que provoca
salir de la zona de confort. Miedo al qué dirán. Miedo a fallar. Miedo al
ridículo y a la vergüenza. Deberás reconocerlos y enfrentarlos.
¿Te preguntas cómo puedes
hacerlo? Cree en ti. Tú eres el protagonista de tu vida. Lo que tú no decidas,
probablemente lo harán otros por ti. Al gestionar correctamente tus miedos,
crecerá tu autoestima y ésta te dará una nueva visión de la realidad llena de
oportunidades. Así podrás elegir mejor tu objetivo, tener claro cuál es tu
sueño, buscar un qué que te motive. Luego, compararás tu punto de partida con
tu destino, y es fácil que sientas como si encogieras. Es normal. Estarás
tomando consciencia de lo que te falta por aprender. Te será útil recordar tus
orígenes, tus valores y tus principios, y que reflexiones sobre tu misión
personal en la vida.
Para ayudarte a mantener la
tensión creativa, y no ceder a la tensión emocional, será conveniente que
pienses en tu visión personal. Qué hay más allá de ese sueño, para qué quieres
alcanzar tu sueño. En cuanto transformes tus prejuicios limitantes, confíes en
ti y en tu sueño, y entiendas por qué y para qué lo haces, habrá llegado el
momento de pasar a la acción y dejar atrás tu zona de confort. Experimentarás
el placer de aprender a perseguir tus sueños. Puede que al principio te sientas
poco competente y vulnerable, que pienses que es arriesgado. ¡No pasa nada!
¡Eres humano y no lo sabes todo! Estás aprendiendo. Enhorabuena, estás
avanzando hacia tu sueño. Lo que te falta para recuperar tu sensación de
competencia, es volver a tu zona de confort a por los recursos personales que,
sin duda, tienes, y que por las prisas olvidaste utilizar. Coge los necesarios,
ten paciencia con tu preparación, confianza en tu objetivo, prepara bien tu
estrategia, sé perseverante y positivo, y antes de lo que imaginas tu sueño se
habrá hecho realidad.
¿Te atreves a soñar?