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¿Has
tenido algún contacto o experiencia práctica con la profesión antes de acceder
a la carrera?
Antes de empezar el
Grado, estudié el TASOC. Tuve relación
con educadores sociales que hacían ese papel a pesar de ser pedagogos/teólogos,
y que realizaban una gran labor. Fue precisamente uno de ellos, que realizó
intervención socioeducativa en Tarapoto (Perú) y que ahora mismo es el director
en Sevilla de una ONG que favorece la intervención en esos países del Sur quien
me animó a estudiar, primero el TASOC y luego Educación Social.
Asimismo, en el verano entre 1º y 2º del TASOC hice unas
prácticas de animadora en un centro de mayores en Maryland (USA) por dos meses,
donde tuve la oportunidad de trabajar con una educadora social excepcional, que
fue quien me incentivó a seguir sus pasos y a trabajar con personas mayores.
Hubieron más personas, pero ahora se me ocurren sólo estos ejemplos.
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¿Cuáles
son los factores principales que te han motivado a elegir esta profesión?
Ciertamente gran parte ha sido vocacional, pues hacer de
la ayuda a los demás tu profesión es lo que hubiera querido siempre; pero
también las personas que a mi alrededor me han apoyado y me han, sobre todo,
inspirado. El conocer proyectos de los que podía formar parte, así como crear
nuestros propios proyectos para realizar ese cambio que quiero ver en el
mundo... como diría Ghandi.
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¿Han
ido cambiando a lo largo del proceso formativo?
Sin duda las/os profesoras/es
que me han inspirado y que han ido dándome pautas y caminos para mejorar mi formación
han sido el gran cambio. Mi mentalidad ha ido cambiando, se ha ido abriendo y
el conocimiento ha hecho que tenga una nueva perspectiva, ampliada, mejorada,
que la que tenía al principio.
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¿Crees
que esta carrera está cubriendo tus expectativas profesionales?
Sí y no.
Justifica tu respuesta.
¿Qué futuro tenemos si todavía no somos realmente visibles
en el mundo profesional? ¿Qué futuro tenemos si el grado de trabajo social, por
ejemplo, o de magisterio, puede hacer las tareas del graduado en educador
social? Yo creo que tenemos mucho futuro, sólo hay que tener claro cuáles son
nuestras funciones y tener presente nuestro código deontológico para ser
conscientes de que somos todo terreno porque somos versátiles, pero no nos
pueden ni deben tomar el pelo y quitarnos nuestras oportunidades. Tenemos que
fortalecer nuestro perfil porque es necesario para la transformación social de
hoy en día. Si no, ¿para qué estamos? Podemos y lo haremos.
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¿Has
encontrado algún tipo de limitación cuando has puesto en prácticas tu
profesión?
Sin duda el hecho de hacerlas en una Unidad de Estancia
Diurna de personas mayores que NO tienen educador/a social porque la Junta de
Andalucía no les obliga, y ser mi tutora la trabajadora social, y recibiendo
los aprendizajes de todos/as los profesionales del centro. Mi papel de
educador/a social tuvo que ser trabajado sobre la marcha, comparando las
funciones y el código deontológico de los dos grados, para así facilitar el
conocimiento de mis funciones. Eso sí, aprendimos juntas, lo cual fue
favorecedor para ambas.
- ¿Consideras que la Universidad podría
realizar algún esfuerzo en este sentido?
Cualquier esfuerzo a nuestro favor es necesario y poco.
Las empresas no conocen el papel del educador/a social, ni del trabajador/a
social, ni del sociólogo/a. La Facultad de Ciencias Sociales debiera incentivar
nuestro perfil y ha de saber también diferenciarlo, mostrarnos/as las
diferencias, y ejercer un voto a nuestro favor. Es esencial también nuestra
presencia en las diferentes internacionalizaciones, ayudar al alumnado a
conocer otros países y cómo trabajan los/as educadores/as sociales en ellos,
para darnos una visión más abierta de nuestra labor profesional.